La alianza nació en 2002 pero sigue siendo igual de atractiva y curiosa, única en el mercado: la Y es del célebre diseñador Yohi Yamamoto, el 3 representa las tres rayas corporativas de adidas y el guión, claro, el vínculo entre ambas casas.
Desde su lanzamiento, Y-3 ha ofrecido magníficas ideas para los amantes del sportwear, que se cuentan por miles, de ahí también su éxito comercial, manteniendo un buen equilibrio entre el diseño japonés y los recursos en moda deportiva de la multinacional.
No son extrañas las alianzas con diseñadores punteros, la misma adidas mantiene una con Stella McCartney, pero la de Yamamoto con la marca alemana constituye una entidad en sí misma que, un año más, ofrece un buen catálogo de diseños y tejidos entre funcionales y listos para saltar a la cancha.
Quizá el triunfo de la marca bípeda esté en que ambas influencias convergen manteniendo identidades pero dando un resultado excelente: por una parte se aprecia el toque avant-garde de Yamamoto, con estructuras anchas y envolventes y líneas que expresan movimiento...
Y por otra el alma sport de adidas, con cremalleras, bolsillos, tejidos impermeables y transpirables, comodidad y abrigo.
El carácter tecnológico habitual de Y-3 se ha mantenido en la primera parte de la colección para dejar paso a una fase más exótica que presagiaba el propio montaje del desfile (el suelo de la pasarela estaba cubierto de alfombras persas).
Vimos estampados de leopardo, maxi suéters de lana, calcetines con cenefas bordadas, sombreros y palestinas. La suma de tejidos y estampados no es algo que esperemos de Y-3, pero el elemento sorpresa no acaba de cuajar en una marca tan futurista.
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