
Como buen segoviano que aquí un escritor es, me ha hecho especial ilusión ver como el nuevo lookbook de Loewe para la temporada Otoño-Invierno 2015/2016 ha tenido lugar bajo los arcos del acueducto romano que allí lucimos. Una colección muy voluminosa y etérea que contrastaba con la rigidez y la sobriedad del gigante milenario que allí se alza. Todo ello adornado con una paleta de cremas, térreos y oscuros para darle un toque más otoñal y... ¡voilá!
Esta nueva colección tiene una premisa en mente: la moda está para disfrutarla. Los espectáculos que Jonathan Anderson ofrece en la Semana de la Moda de París son una oportunidad perfecta para mirar, tocar, palpar y sentir y permitir que alguna de sus prendas nos guste. Los looks son por tanto un conjunto de prendas que aparentemente entre ellas podrían no tener sentido pero que precisamente lo que buscan es usar al modelo como una percha sobre la que exhibir sus creaciones.
Con una clara inspiración en los años 80 que se ve reflejado en los pantalones campana o los jerséis de mohair, la paleta cromática se suaviza y acaramela apostando por los cremas, los térreos y los oscuros que gracias a los ribetes y a los patchwork en diferentes tejidos, consiguen un look tremendamente cálido y otoñal en el que la figura se abre y se fluidifica para permitir que los conjuntos cojan todo el volumen que deseen.
Todo ello acompañado de algunas prendas icónicas como los ponchos y las capas (estaba claro que iban a dar guerra esta nueva temporada, ya lo vaticinó Dolce & Gabbana) o sus bolsos y cazadoras aviador que se re interpretan con la tendencias oversized. Una colección que refleja a la perfección el clasicismo de la casa española, adaptándose a los nuevos tiempos que corren.
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