Adidas Originals, pese a las duras críticas que recibió en su primera colaboración con Jeremy Scott, ha querido seguir apostando por introducir, aunque sólo sea en una cuidada selección de prendas, algunos de los diseños más inverosímiles, modernos y trasgresores de la colección que ofrece para su temporada Primavera-Verano 2011 que, ya de por sí por ser quien es, suele pecar de algo clásica, con toques sport y muchas dosis de monocromatismo. Pues bien, parece que esta vez ha querido resarcirse con todos los que opinan así y le “ha encargado” a Jeremy una colección que sin duda dará que hablar.
¿La línea estética de la colección? Pues precisamente la incoherencia y la falta de línea estética. Estampados geométricos imposibles, colores secundarios con primarias mezclándose por doquier, chándal que parecen pijamas y zapatillas deportivas con una clara tendencia a parecer zapatillas de andar por casa y sobre todo mucha dosis de imaginación, la misma que tenemos que echar nosotros para ver como conseguimos salir con algunas de estas prendas a la calle.
Como ejemplos dentro de la colección, encontramos las famosas Teddy Bears en las que no hace falta decir que efectivamente es una cabeza de peluche de oso lo que lleva en la puntera, o la reedición de las míticas Wings 2.0, a las que ha decidido bautizar con fuego en lugar de alas que tenían.
Otro claro ejemplo, y bien mirado una buena opción de compra, son sus conjuntos de chaqueta y pantalón extra-corto, con diseños extravagantes en colores poco discretos como este primero en el que mediante estampados geométricos y colores amarillos, naranjas y negros, recrea lo que se supone que es una bolsa de patatas fritas (de hecho el modelo se bautizó como french fries). Sólo para los más atrevidos.
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