Una colección totalmente 'transformer', menos sexy que otras veces, que no sensual, y mucho más comercial que algunos de sus desfiles anteriores. Jean Paul Gaultier saca su vena diplomática, por la raya, y se decanta por un estilo smart, sofisticado y para un oficinista con aires de hipster. Aunque él, el oficinista, no lo reconozca. Los hipsters nunca lo hacen.
Desinhibida, como siempre, pero esta vez mucho más elegante que otras temporadas. Y es que el artista ha demostrado que no necesita enseñar cacho para vender, aunque a veces se agradezca. Ya que todo lo tocado por la varita de Gaultier se vende solo. Analizo al detalle esta colección Otoño-invierno 2013/2014, presentada ayer mismo en la semana de la moda parisina para hombres.
Más clásico que en el pasado – entendiendo que su clásico es muy avanzado – y con un sentido de practicidad muy marcado. La colección de Gaultier se presenta para un hombre que se gusta de los buenos materiales (y cálidos, véase el cahsmere, las lanas y paños de lujo; los its de la propuesta)y los básicos de fondo de armario pero que, al mismo tiempo, quieren dar una vuelta de tuerca al manido look de oficinista, por no decir aburrido.
Es de todos bien sabido que en las oficinas, sean del tipo que sean, hace un calor de la leche, así que los ejecutivos (agresivos y muy calurosos) de Gaultier, poco a poco de van desprendiendo de prendas, transformado sus outfits e, inclusive, cambiando de estilo si se tercia, adaptando su look mañanero a conjuntos de tarde mucho más atrevidos. Vamos que es imposible contar el número de salidas de este show, bueno eso sí se podría hacer, ahora lo de contar las piezas no es que sea pecata minuta precisamente. Si no me creéis sólo tenéis que intentarlo.
Y es que, el estilismo capa sobre capa, es el motor principal de esta colección en la que reina el negro, sobre todo los demás. El blanco como acento preferido y, por supuesto la amplia escala grisácea. Lo que no quita que veamos algunas notas en camel o rojo pasión. Una apuesta cromática muy moderada (y comercial) que asegura que muchos de los básicos que presentan se van a vender como churros.
Porque aunque muchos, todavía a día de hoy no se lo crean, el hombre de Jean Paul existe. Un hombre que a veces se siente chaval, otras veces veces más señor pero que, en definitiva, siempre explota su sexualidad (independientemente de la/las que sean). Además de eso, es un profesional como la copa de pino, o al menos, hace que lo es. El poder de de la vestimenta...
Por eso, se entiende que en ocasiones le entre el nervio (y los calores) y se vaya quitando prendas en su cubículo. Quién sabe, igual también en mitad de la reunión. Y es que otra cosa no, pero provocar, lo hace siempre. El hombre de Gaultier es así.
Me lo veo venir, y ya me decís si me equivoco o no. Estos conjuntos que se presentan se van a copiar hasta el infinito, empezando por algunos diseñadores españoles que van de modernos, y terminando por la empresa copycat por excelencia, Inditex (cada vez menos barata y de peores calidades y acabados). Todo hay que decirlo.
¡Qué sí!, el 3x2 o las prendas 2 en uno (y/o más) están a la orden del día. En esta crisis, en la que servidor no ha creído nunca, hay que economizar o, mejor aún, maximizar las posibilidades de un look y, por ende, de una prenda, o de todas.
En realidad, el concepto del desfile es buen sencillo, y las revistas de moda a lo largo de la historia han repetido este cuento práctico. Salir de casa mono en plan worker y acabar de after (work) tomando una copita (o varias) mucho más aireado pero, igualmente, arreglado en un cóctel de postín (o no), o en cualquier garito que se precie.
Mis musts, os los digo ya, cualquiera de los monos estilo traje double breasted que plantea. Con un puntito noventero, como vemos en las hombreras, y con corte over que no exagerado del todo. A los altos y delgados nos favorece, así no hace falta que nos machaquemos tanto en el gym, no se lleva ir ultra-mega-súper petado (el look tronista está demodé, se lleva el contraste). Aunque tampoco hay que olvidar que estamos en plena operación bañador, por si acaso. En cualquier caso y sea tal cual ha sido. Una vez más, Gaultier ha dejado el listón muy alto. ¡Bravo maestro!
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