Si hablamos de tejidos que aunen lo típico, lo clásico, lo vintage y con toques británicos, a todos se nos viene a la cabeza el tartán, por antonomasia el estampado más inglés. Pero lo cierto es que existe otro que, aunque desconocido por su original nombre, no lo es por su apariencia o su presencia en multitud de prendas. Efectivamente hablamos del Herringbone y de la trascendencia que tiene para llegar a haberle dado nombre a uno de los blazer más míticos del mundo de la moda masculina.
El herringbone es un tejido trenzado en espiga con una gran diversidad de colores, que van desde los colores más suaves y delicados (taupe, miel...) al intenso negro. Es llamado así por la gran similitud que posee con el esqueleto o espina del arenque y su forma en V se ha convertido en todo un distintivo de la moda masculina más contemporánea, más aun si la incluimos en un blazer.
De la mano de Ben Sherman han querido ilustrarnos sobre esta mítica pieza que la casa lleva fabricando tanto tiempo, así como de las partes que la componen y que la diferencian del resto de las blazer. Un toque británico, ligeramente heritage, que dará a tus conjuntos un aire sobrio a la vez que moderno y rebosante de personalidad.
Maneras de combinarla
Por un lado podemos apostar por un estilo sartorial ideal para noches en las que el dress-code sea más relajado. Juego de capas, gracias al chaleco, y de texturas apoyándonos en una atmósfera más informal gracias a la camisa oxford y cuidando pequeños detalles como el forro interior de la chaqueta vuelto, a modo de pañuelo.
Un toque intermedio gracias al uso de jerséis de cuello barco y camisas oxford apoyado por el denim para informalizar el conjunto. Una opción idónea para ir a trabajar siempre y cuando se requiera un estilo elegante pero no por ello formal.
Por último, la más informales de las opciones que juega con las texturas apostando por el herringbone de la chaqueta junto con el punto trenzado del jersey y el denim de la camisa. Contraste de capas, texturas y colores en un outfit que termina de rematar el resultado con unos chinos en color térreo de bajos vueltos y unas botas para ponerle la puntilla rebelde final.
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