
En estas fiestas a todos nos gusta pasarlo bien, divertirnos, y dejar a un lado los complejos que suelen asaltarnos en cualquier otro momento del año. Pero hay que tener cuidado: los complejos sí, el sentido común, no.
Es un error recurrente. No pasa nada. Aquí estamos nosotros para echaros un mano al cuell… Al armario, al armario. Hoy, a tres días de Fin de Año, haremos un breve repaso a las corbatas y sus estampados.
En el vestir, todo depende de dónde vayamos. Esto es fundamental, porque no será lo mismo si vamos de fiesta a una casa en medio del campo con amigos y nos arreglamos para las fotos del tuenti, o si vamos a una cena con el suegro, el jefe y el Papa. Sin embargo, sí que hay una norma común: las corbatas de muñequitos no son graciosas.
Lo siento, pero los noventa pasaron hace casi diez años. Tal vez fueran lo más de lo más en la época en que Will Smith dominaba Bel-Air, pero hoy es una moda trasnochada que ni siquiera resulta divertida. Vale, sí, tal vez haya algún estampado que sí que sea divertido, pero es mejor reservarlo para un día que vayamos de copas o de cañas, con una rebeca oscura y una camiseta blanca, en plan look pijo rebelde.
Sin embargo, se puede llevar una corbata sin que parezca que vas a un funeral.
En su retrato de un caballero, Luis Blas nos recomendaba optar por una del mismo color que la chaqueta para ir sobre seguro, pero hoy queremos arriesgar un poco más, que es Fin de Año. Personalmente estoy a favor de apostar por colores vivos, pero puros, porque las de rayas, aunque las hay muy bonitas, a mí me recuerdan demasiado a la oficina. Una buena corbata violeta, o verde, nos dará un toque de vida y de luz, de alegría que, al fin y al cabo, es de lo que se trata.
Recomiendo evitar el efecto tornasolado, pero creo que podríamos arriesgarnos con un efecto seda que, como tiene un suave brillo, contribuye a darnos esa luz de la que hablábamos con un poco más de sobriedad.
Nunca, ni por todo el oro del mundo, llevaremos esas corbatas de novio que a mí me recuerdan a la boda de Farruquito, no sé por qué. Creo que son la cosa más horrorosa dibujada alguna vez por el hombre, más hortera imposible. Si alguno de los invitados llevara una de estas, huiremos de él como del diablo.
Imagen | Complementos al mayor, Moda Nupcial