
Este post, además de servir para mostraros la nueva campaña de Bikkembergs para esta temporada Primavera-Verano 2012, quiero que sirva para analizar hasta que punto podemos aceptar que el culto al cuerpo pueda sustituir a una a buena promoción de las prendas que componen un lookbook o a una campaña cuyo previo brainstorming da por fruto una sucesión de fotografías bien montadas y con sentido.
La idea es bien clara para Bikkembergs: si no te gustan nuestras prendas y puede que nuestra forma de diseñar, que tal captar tu atención con unos cuantos modelos bien marcados y mucho sudor sobre los abdominales para suplir esta carencia en el sector estilístico. Y no solo se hace sino que, efectivamente, consigue triunfar en su objetivo.
Lo que debemos pensar es hasta que punto debe ser admisible una campaña en la que el realce de lo físico prime por encima de las prendas y su versatilidad; es decir, que como tal la campaña debe estar entre unos límites en el que sin perder de vista lo estético y lo visual, se siga informando al consumidor sobre lo que se puede adquirir o no en su colección y no únicamente carne sobre tela para captar más clientes y crear una falsa imagen de lo que la ropa puede o no aportarnos.
Campañas como estas en las que el cuerpo o el culto a él, sustituye el diseño y la campaña de una firma, muchas veces son de dudosa de confianza y nos hacen pensar sobre el destino de las nuevas campañas de moda. Y la respuesta es clara: Bikkembergs lo sabe, Bikkembergs lo disfruta y Bikkembergs lo seguirá haciendo porque vende. Su ropa está pensada para eso, para vender no solo por su calidad (que la tiene) ni por sus diseños (de los que peca por ser algo más austera) sino también por los modelos que lo llevan y por la imagen que se asocia por ende a sus prendas. ¿Nos gusta? Nada, pero como funciona, resultará difícil de revocar.
En Trendencias Hombre | Bikkemberg: el cuerpo y el dinero no lo es todo