Cayó en mis manos una muestra de la limpiadora en crema de Sensai, un producto del paso 2 del ritual de limpieza Silky Purifying de Kanebo. Con la ilusión de una niña pequeña con un juguete nuevo, la probé: un desastre.
Para quien no conozca la marca, Kanebo es una de las más prestigiosas firmas de cosmética selectiva que existen, mítica por la filosofía japonesa que impregna la casa y por su tratamiento premium la Crème Sensai Premier.
Según Sensai, para limpiar la piel del rostro se deben seguir unas normas de limpieza dobles: doble limpieza, doble hidratación y doble aplicación. Anda que, para los perezosos, debe ser como la descripción de una pesadilla en la que te van cayendo tubos de gel limpiador y chorros de tónico.
Os aseguro que los japoneses tienen de verdad esa manía por la limpieza: pude comprobarlo yo misma en un viaje a Japón en el año 2000. Pero, ¿hace falta limpiarse dos veces la cara, primero usando un producto limpiador y otra empleando jabón?. Creo que es exagerado, como ellos mismos con esa manía.
Esta muestra que he probado un par de días (y ya me basta) es el paso dos. La crema es espesa pero con el contacto con el agua se crea una espuma muy cremosa y es una delícia aplicarla en la piel.
Pero es que cuando la retiras, con abundante agua, la sensación que me deja en la piel es tan … acristalada. La misma sensación que tienes cuando quieres pasar el dedo por un cristal o espejo: no resbala. Limpia seguro que queda pero esa sensación me resulta muy desagradable.
No veas la de tónico que me he pasado de inmediato para recuperarme del susto. A mí no me parece que “proporciona una agradabilísima sensación de confort y deja la piel hidratada“. Ni en broma.
Sitio oficial | Kanebo
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