El maquillaje profesional para personas que entrevistan en la TV o la gente del teatro es todo un mundo paralelo al maquillaje tradicional. No sirven las mismas reglas ni se pueden utilizar los mismos productos para obtener el resultado deseado: una piel lisa, uniforme y efecto buena-cara.
La base de color en TV es espesa. Espesa, espesa. Es una capa a lo masilla que no podrías llevar a la calle sin que te señalaran con el dedo. Pero es necesario para parar el efecto Frankenstein de los focos. Pero a veces el tono de color no es el que más te gusta.
El truco para obtener el color que tú deseas es muy sencillo: maquillaje en polvos compactos. Esos los elegís a vuestro gusto y los llevais vosotros en vuestro bolsillo y cuando la maquilladora profesional ha terminado, le pedís que os de un brochazo con ellos. Voilà.
Siempre queda visible el último tono, el de los polvos compactos con color. Da igual el tono del maquillaje de televisión que te hayan aplicado: prima el último. Puedes aplicarlo con una brocha o, para un resultado más cubriente aunque en este caso no se necesita, con la borla.
Foto | Eric Caballero
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