
Que levanten la mano los que se lavan la cara con agua y nada más. Pues esos mismos van a levantar la mano otra vez porque no tienen la cara limpia. Os cuento un cuento.
El ejemplo que siempre les pongo a mis clientas va sobre lavadoras y lavaplatos pero si os explico eso me temo que os administradores del blog me van a meter a mí en la lavadora a dar vueltas. Pero como soy una mujer 4X4, me voy a arriesgar.
Cuando enchufamos esos dos electrodomésticos para lavar la ropa o los platos, no nos olvidamos del jabón. Ahí sí que tenemos claro que el jabón lava con la ayuda del agua. Y en la ducha lo mismo: la idea de pasar por la ducha sin gel de baño es en sí una tontería.
¿Por qué con la cara es diferente? Sé por experiencia que mucha gente no utiliza el jabón por dos razones: la primera porque creen de verdad que con agua la suciedad de la piel se va (¿por arte de magia potagia?). Pero no es cierto. El agua no retira la capa grasienta que brilla en la piel.
La segunda razón es porque el jabón que utilizan es demasiado agresivo o tienen la piel sensible: el resultado con jabón es la sensación de tirantez y por eso sólo utilizan agua.
Volvamos a la lavadora. Si tenemos un jersei delicado, la solución no es ponerlo sólo con agua sino utilizar un jabón para prendas delicadas y un programa menos agresivo. Para la piel, existen jabones formulados sólo para la piel del rostro que no resecan para nada y son muy suaves. Atentos al próximo post sobre la piel sensible, Mensencios.
Foto | Agua