
Para el lanzamiento de su nuevo perfume masculino, Issey Miyake - en colaboración con el director de cine Ryan Hopkinsons -, nos transporta a un paisaje nocturno donde los destellos de la luna llena se refractan sobre las cimas de las montañas nevadas y sobre las olas rompiendo sobre las rocas.
En medio de este panorama, donde la fuerza telúrica y mágica de los elementos parece impregnarlo todo, un hombre avanza bajo la luz de la luna, que parece servirle de norte hasta verse envuelto en una lluvia pertinaz que es como una puerta de entrada al líquido elemento, el mar de donde todos venimos.
Para acompañar esta travesía iniciática, los perfumistas Dominique Ropion y Loc Dong han creado una fragancia magnética e hipnótica fundamentada en los acordes del cuero rodeados por maderas y especias. Estos dos maestros perfumistas reconocieron que se inspiraron en la idea de poner luz a la noche cerrada.
Para lograrlo, a las notas cítricas aciduladas y picantes de la salida, donde no faltan la bergamota ni el pomelo, añadieron acordes de cuero acentuado con vetiver, especias y pimienta negra. En el fondo destacan las notas texturadas de maderas negras, el pachuli y el incienso suavizados por la exquisita delicadeza avainillada del haba tonka.
Para celebrar la noche en toda su extensión, los responsables de la marca han vestido al frasco de negro, pasando de un degradado ahumado a un negro monocromo texturizado formando estrías. Es como si en el cristal apareciese reflejada la refracción que la luz de la luna obtiene al reflejarse sobre la superficie del agua. El tapón, de líneas depuradas y muy gráfico, reproduce su estética en un packaging tan sobrio como elegante. Precio: 78,00 euros (125 ml).
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