
En un pequeño laboratorio en el corazón de la ciudad de Parma, tan amada por Stendhal, hábiles maestros perfumistas dieron vida hace casi cien años a una fragancia diferente que sorprendía por su pureza natural y frescura. Había nacido la primera gran colonia italiana: Acqua di Parma.
Acqua di Parma significó hace cien años una ruptura con los perfumes dominantes de origen alemán, fuertes e intensos. La composición, hasta la fecha, no ha sufrido variaciones. Las esencias de los mejores cítricos de Sicilia y la armoniosa mezcla de lavanda, romero, verbena y rosa búlgara, a las que se añaden las notas cálidas de vetiver, sándalo y pachuli.
En los años cuarenta cautivó a las estrellas de Hollywood que al llegar a Italia, descubren la colonia en las refinadas sastrerías artesanales, lugar histórico de una elegancia masculina impecable, donde la clase se expresaba hasta el último e irrenunciable toque de clase: un soplo de Acqua di Parma vaporizado en el tejido, antes de entregar el traje hecho a medida.
Siempre en su frasco de líneas art déco, refinado tapón negro de baquelita y escudo regio del ducado de Parma. Lujo sin ostentación. Se vende (122 euros / 180 mililitros) en las mejores perfumerías de tu ciudad.
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