
Actualmente uno de los problemas que enfrenta nuestra sociedad es la de igualdad de derechos entre hombres y mujeres, aunque éstas últimas como grupo más vulnerable busque algo más que igualdad: el respeto hacia su persona. El tema del acoso sexual ha estado más presente que nunca con la polémica de que no sólo son ellas las que sufren de este mal, sino que también los hombres podemos sufrir de este tipo de violencia que da lugar a una desequilibrada forma de resolver un problema: pensando que ellas son siempre víctimas y nosotros haciendo que cumplidos subidos de tono y piropos se conviertan en insultos o invasiones a su privacidad y su persona… Entonces, ¿existe una línea media entre ambas opiniones?
Hay quienes le apuestan principalmente a la sanción estatal para modificar su comportamiento; otras (que en su extremo conocemos como feminazis), a la discusión y sanción a nivel social. No hay un acuerdo, un punto medio. Y, cuando llega a darse, no siempre es entre hombres o entre mujeres.
El acoso como problemática de todos
Desde 2014 circula en internet un video en donde una chica fue grabada caminando por diez horas en las calles de Nueva York siendo acosada por varios hombres desconocidos de quienes recibía diversos comentarios sobre su físico, exponiendo así la vulnerabilidad de la mujer ante la sociedad.
Aunque claro, la respuesta de los hombres no se hizo esperar en un segundo video lanzado sólo meses después:
¿Qué es considerado acoso? ¿Puede ser un saludo de buenos días o una mirada sostenida por unos segundos ser tanta ofensa como un comentario despectivo? ¿Depende de la persona que recibe dicho comentario decidir si es ofensivo o no? Como ves, las reacciones de los hombres y las mujeres que se refieren a ambos protagonistas del video son similares, por lo que la segunda versión del video nos ha dejado dos ideas clara sobre este problema: Primero: el acoso sexual no es un acto en el que las mujeres siempre sean víctimas y los hombres los victimarios. Segundo (y a ojos de cada quién): no es un comportamiento problemático. Son cumplidos que hay que tomarse como lo que son y de quien vienen: como un trampolín para el autoestima y el ego personal.
¿Por qué se le da una denotación sexual hoy en día?
No, no es porque los casos más extremos de acoso terminen lamentablemente en violaciones o en situaciones peores, toma un sentido especial cuando este tipo de circunstancias ocurren hacia el sexo opuesto, ¿Acaso un comentario como el qué bien se te ve ese vestido de una mujer a otra en el trabajo tiene señas de ser acoso? Definitivamente no, ¿y si el comentario fuera de un hombre a su compañera de trabajo? Aquí es donde entra de nuevo el grado de agresión que una supuesta víctima detecte sobre su persona: el problema con el acoso no es sólo la aproximación en sí (el cumplido, el comentario, el insulto, el roce, el chiste...), sino que se realiza de manera repetitiva, constante y, además, por lo general en un contexto de discriminación para la víctima, sea hombre o mujer.
¿Qué hacer para detener este problema?
Como lo mencionaba antes, lo que muchas personas detectan como acoso puede ser un boost al ego personal, por ello un simple ‘gracias’ ante comentarios como el qué guap@ te ves resultan ser suficientes para zanjar una situación que, desafortunadamente puede llegar más lejos si no hay una respuesta, ¿y si no la hay de parte de una chica? ¿Es motivo suficiente para seguirla? ¿Para insistir? ¿Para violarla? A esto quiero llegar cuando opino que el acoso sexual no es sólo la aproximación en lo individual, sino el contexto en el que se suscita: No todas las personas perciben igual todos los cumplidos, comentarios, etcétera… Insistir, sin embargo, en un acercamiento que se ha visto denunciado infinidad de veces, es lo que en verdad se debe cuestionar: si tanto te interesa hacer sentir bien, etrativ@ o especial a una mujer o a un hombre, ¿por qué hacerlo de una forma que puede fácilmente generar el efecto opuesto? Y si en caso de no haber otra manera de abordar a esa persona (que no sea incomodándola), quizá lo mejor sea que no digamos nada.
Imagen | Istock
En Trendencias Hombre | COMME des GARÇONS le da un giro urbano a los clásicos Chuck Taylor de Converse en una colaboración única