Han sido pocos los casos en lo que podemos ver una muy promisoria carrera al estrellato con pinta de éxito total, y es que Timothée Chalamet, el joven sensación en el mundo del séptimo arte que se ha puesto firmemente bajo el foco gracias a la cinta Call me by your name, es ahora todo un ícono no sólo en la pantalla grande, sino que también se convierte en referencia del estilo y sinónimo de una carrera prometedora con grandes bases.
El actor de apenas 22 años hijo de madre norteamericana y padre francés, ha probado el éxito a mediana edad sabiendo moverse entre los focos de la industria, pues de pasar a ser un espectador mortal que veía la proyección de su propia cinta, pasó a ser ovacionado en el festival de Sundance, donde comenzó a ser reconocido como la prometedora estrella que ahora es gracias al papel de Elio: un niño inteligente y meditabundo de 17 años que se enamora de Oliver, el asistente de investigación de su padre (a quien Armie Hammer da vida), de 24 años, en Italia durante el verano de 1983.
Gran parte del éxito de su carrera se debe, en parte a la gran actuación en Call me by your name, una cinta que trata una relación homosexual con una belleza fascinante, continuando el camino recorrido que Moonlight, ganadora al premio Oscar como mejor película del año pasado dejó abierto para retratar la diversidad sexual de una forma poética y sin morbo, convirtiendo a esta cinta del director Luca Guadagnino en verdadera poesía visual.
Chalamet y el caso de Woody Allen
A pesar de tener una carrera sumamente corta, Chalamet ha tenido ya que enfrentarse a su primera gran decisión dentro del tema en boga que sacude al mundo del espectáculo, pues después de las acusaciones de acoso sexual en contra del cineasta Woody Allen ha donado por completo el salario percibido por la cinta A Rainy Day in New York, un movimiento que ha creado polémica en un tema sumamente polarizado ya que sus seguidores, ante tal acción, convierten a Allen automáticamente en culpable de los abusos contra su hija adoptiva Dylan Farrow, pero por otro lado, es un movimiento maestro por parte del actor para poder construirse una carrera libre de especulaciones y de escándalos que promete un gran futuro.
"Estoy aprendiendo que un buen rol no es el único criterio para aceptar un trabajo. Eso se ha vuelto mucho más claro para mí en los últimos meses, habiendo sido testigo del intento del movimiento de nacimiento de acabar con la injusticia, la desigualdad y, sobre todo, el silencio"
Timothée, un nombre para recordar
Si como actor es un prodigio, ahora piensa en él como un ícono de la moda: gran defensor de la estética del skinny black suit, Chalamet ha encontrado en el color negro (en parte por la protesta en la alfombra roja del movimiento #TimesUp) referencias a su estilo personal, siempre alternando entre chaquetas de solapa cruzada o trajes a la medida (cortesía de Calvin Klein, la mayoría de las veces) para deslumbrarnos con la gran estética del desenfado juvenil que forma parte de su estilo.
No cabe duda de que Timothée Chalamet es una de las grandes estrellas que debemos tener en nuestro radar, porque vaya que este chico estará presente no sólo en los Óscares, sino que su trayectoria dará seguramente para mucho más.
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