
Que los dispositivos wearables están de plena actualidad no es algo que ya nos pille de sorpresa. Basta con echar un vistazo a cualquier publicación tecnológica para darse cuenta que el futuro ya está aquí. Para los más geeks comienza a ser complicado salir de casa sin llevar encima alguno de estos dispositivos mientras que el resto de los mortales comienza poco a poco a sucumbir a una moda que inevitablemente ha llegado para quedarse.
Ya no basta con llevar tu smartphone en el bolsillo, de aquí a unos años llevar un reloj de agujas será algo solo apto para los más clásicos y raro será aquel que no pueda consultar su correo electrónico a través de sus gafas de pasta. En definitiva, la tecnología y la moda han empezado a unir sus fuerzas, veamos cómo tienen pensado conquistarnos.
Tecnología y moda, una relación de amor y odio
Reconozcámoslo, la tecnología y la moda casi nunca se han llevado bien. Aunar funcionalidad y un atractivo diseño sigue siendo una asignatura pendiente para muchos de estos dispositivos wearables y las marcas saben que por mucha tecnología que guarden en su interior, si no presentan un diseño atractivo les será complicado llegar al gran público.
Google Glass Explorer
Un ejemplo lo podemos encontrar en las Google Glass, uno de los dispositivos wearables más llamativos y revolucionarios de los últimos tiempos. Realmente pocos pueden poner en duda su potencial pero, ¿a cuantos de vosotros os parecen unas gafas bonitas? ¿Os la pondríais si fueran unas gafas sin ninguna otra prestación? Si la respuesta es no, está claro que este dispositivo aún no está preparado para triunfar en el mercado.
Por eso muchas marcas comienzan a ver una oportunidad de negocio en un campo con unas posibilidades tan infinitas como gustos podemos encontrar en el campo de la moda.
Google Glass Titanium
Google lo intentó por su cuenta creando las líneas Explorer y Titanium con un diseño más contemporáneo pero no parece haber quedado muy satisfecha, por eso hace recientes fechas se anunció a bombo y platillo su colaboración con Luxottica (empresa propietaria de RayBan y Oakley) para readaptar el diseño de las Google Glass a un formato más atractivo, manteniendo la esencia de sus gafas actuales pero con todas las posibilidades que presenta el nuevo dispositivo.
¿Existen smartwatches funcionales y atractivos?
Los smartwatches han sido otro de las pilares fundamentales dentro de la evolución de lo wearable. Lo que comenzó Samsung con su famoso Galaxy Gear (con un poco o nada esperanzador diseño) lo han continuado otras marcas que han sido lo suficientemente hábiles como para dar tanta prioridad al diseño como a su interior.
Moto 360
El Moto 360 es un claro ejemplo de lo que alguien con gusto por la moda puede exigir a este tipo de dispositivosPero afortunadamente parece que los diseñadores de estos gadgets se han puesto las pilas y poco a poco comenzamos a ver smartwatches que sí destacan por un diseño atractivo. Todo pasa por mantener la esencia de los relojes tradicionales y adaptarlo a las nuevas tecnologías. Modelos como el Moto 360 o el curioso proyecto de Kairos que pretende crear un reloj híbrido (mitad smartwatch, mitad reloj tradicional) son algunos ejemplos que nos hacen albergar ciertas esperanzas de que estos dispositivos realmente puedan ser realmente unos accesorios con estilo.
Cuantificadores, ¿cargados de diseño y estilo?
Uno de los primeros dispositivos en apuntarse a la moda de lo wearable fueron los cuantificadores personales, unos dispositivos capaces de medir toda nuestra actividad física diaria y al mismo tiempo vestir nuestra muñeca en forma de pulseras con diseños muy variopintos y un tanto minimalistas.
Dispositivos como Fitbit o la famosa Fuel Band de Nike no acaban de convencer como unos dispositivos funcionales que además aporten cierto estilo a nuestro look, y menos ahora que muchas de sus funcionalidades acabáran siendo incorporadas a los smartwatches. Todas las modas tienen fecha de caducidad, ¿estará ésta próxima a su final?
De todas formas, en un intento por acercarse a mercado más fashionista, Fitbit ha intentado aliarse con varios diseñadores para que creen pulseras personalizadas bajo su sello, como el caso de Tory Burch y su Fitbit en forma de joya dorada. Incluso las marcas ven en estos dispositivos todo un escaparate de futuro, como el caso de la colaboración de Coca-Cola y MisFit, un cuantificador personal que se presenta en forma de collar, pulsera o clip. ¿Un primer paso? Sí. ¿Insuficiente? Parece que también.
Marcas de moda y tecnología: ¿condenados a entenderse?
Una eventual unión entre los grandes de la moda y los grandes de la tecnología parece que es el único camino que podría aportar ciertas garantías a la implantación definitiva de los wearables entre el gran público. Hemos visto que las empresas tecnológicas no son capaces por sí mismas de crear dispositivos realmente atractivos desde el punto de vista de estilo y ahí tendrán que jugar con la experiencia de las marcas que sí saben conquistar al gran público a través de los ojos.
Apple quizás haya sido una de las primeras en darse cuenta, por eso fichó el año pasado a Angela Ahrendts, hasta entonces consejera delegada de Burberry, y si bien nadie ha dado los motivos de su fichaje todo hace indicar que la intención es buscar el camino en el que lo techie pueda convivir con la moda. ¿Será el único salto que veremos desde el mundo de la moda a la empresa tecnológica? Todo hace indicar que el mundo de la moda todavía no ha dicho la última palabra.
Vía | Coca-Cola Journey