
Aunque una no celebre San Valentín también tiene su corazoncito, o lo que es lo mismo, no he podido evitar aprovechar que mañana es 14 de febrero, para ilustrar este post con fotos vintage y hablaros de un tema que, celebraciones al margen, puede ser interesante. ¿Qué deportes podemos practicar en pareja?
Con pareja o con un amigo, eso tampoco es tan importante, pero sí el que el compartir y hacer las cosas a dúo nos puede dar el extra de motivación que a veces necesitamos para abandonar el sedentarismo. Además, si te olvidaste de comprar un regalo siempre puedes proponer todo un año por delante de salud y ejercicio, como una original alternativa.
Disfrutando de una sana competición
Ya sabemos que lo importante es participar, pero también es cierto que tener a alguien con quien competir puede hacer el deporte mucho más divertido y conseguir que nos esforcemos más casi sin darnos cuenta. Además practicar ejercicio cardiovascular se hace mucho más llevadero cuando estamos distraídos.
Para ponernos en forma jugando en pareja podemos elegir el tenis, el ping pong, el pádel, el golf... mucho mejor si el nivel es similar para que ninguno de los dos se aburra o se sienta frustrado, no se trata de dar o de que nos tengan que dar una clase, más bien de aprender juntos.
Otra forma de rivalizar, aunque no de forma tan directa, es realizar juntos algún deporte e intentar superar la marca del contrario, tanto si se trata de la elíptica del gimnasio, como de salir a correr o practicar natación, aunque siempre dentro de nuestros límites ¡Que nadie se vaya a hacer daño!
Esta opción incluso puede servir a parejas que no comparten mucho tiempo juntas o viven en lugares distintos, si cada uno apunta sus resultados y luego los comparte con el otro, es una forma más de animarse y buscar mejoras.
La pareja que se relaja unida permanece unida
Asociar nuestra relación con momentos agradables y de relajación, por lógica, une y resulta positivo. Pero ¡Cuidado! siempre que elijamos algo que relaje a los dos, no vale en este caso apuntarnos a un deporte que detestamos por complacer al otro, porque posiblemente acabaremos consiguiendo el efecto contrario.
Hay muchísimas opciones y seguro que encontráis una en común, desde salir a pasear en bicicleta tranquilamente los días de fiesta, hasta practicar yoga o pilates en casa con música agradable de fondo o incluso navegar en canoa.
Todo es ponerse, evitar la rutina y no permitir que el sofá nos abduzca para el resto de nuestras horas libres. Por otro lado, puede que sudar no sea lo más romántico del mundo, pero a veces si puede ser muy sexy ¿Qué pensáis? ¿Soléis practicar deporte en pareja?
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