
Se dice que la sonrisa es lo único que no envejece, que abre puertas demostrando nuestro carisma y que es de lo más contagioso que hay. El mejor estilo para llevar, el más natural y el más sano.
Pues, Tom Cruise ha hecho de su sonrisa una firma personal, una que está milimétricamente estudiada gracias a un excelente diseño de sonrisa que le resta años y le agrega aún más entusiasmo a su personalidad, esta que algunas veces puede parecer artificial.
Además de buen actor, tiene un estilo propio demasiado clásico y con la compostura excesivamente puesta para mi gusto, pero es cuestión de actitud y de la sensación que trasmite vestirnos como más nos gusta.
En cuanto a la ropa urbana, viste adecuadamente bien, parece que es de los que no le gusta salirse de la raya, aún siendo adecuado para su actual vida de padre. Parece que en la cotidianidad es donde le gusta pasar desapercibido.
Los trajes que usa para las galas son elegantes y en pocas ocasiones apuesta por los tonos más claros que resaltan su palidez, ya que es de los pocos actores que no están aficionados al bronceado reflejándose en la calidad de su piel. Frecuentemente opta por colores oscuros de cuello corto y líneas rectas, aunque algo más holgados de lo que se llevan últimamente.
Fotos | Snarkerati, fondostv