Harto ya de estar harto de que todo el mundo le pusiera a parir por su estilo desaliñado y por su falta de estilo, ayer el actor Leonardo DiCaprio acudió en París al estreno de la película The Revenant hecho un pincel: traje gris perla a juego con una corbata a rayas, camisa blanca de gemelos, unos Oxford que brillaban como soles, calcetines negros y un abrigo negro por encima.
Hasta aquí nada que objetar. Bueno sí, esa barba de cuatro o cinco días, pero es que cuando se ha engordado tanto ese tipo de barbitas disimulan mucho la papada. Así que no es que fuese desaseado, más bien hay que interpretarlo como un signo de coquetería.
El caso es que al salir del cine, le hicieron una foto en la que parecía que había pisado un charco y se miraba para ver hasta dónde habían llegado los destrozos. Pero por mucho que me fijé, no vi charco por ninguna parte. Se trataba más bien como si una de las perneras del pantalón se le hubiese quedado doblada como un acordeón.
La tela de su traje debía de ser probablemente una seda, y ya se sabe que ese tipo de telas se arrugan con mirar, y no son las más recomendables cuando se van a estar varias horas sentado. El caso es que Leonardo debió incluso cruzar las piernas durante la proyección de la película, y cuando se encendieron las luces no se le ocurrió pasarse una mano por el pantalón para intentar alisar las arrugas.
Así que se puso su elegante abrigo negro y salió a la calle da questa guisa. ¡También es mala suerte, para una vez que procuraba arreglarse más! Así que ya sabéis chicos, a la hora de compraros un traje valorar bien las telas que como dicen los ingleses, ¡no todo lo que brilla es oro!
Fotos | Cordon Press
En Trendencias Hombre | Lección magistral de 'anti estilo' a cargo de Leonardo DiCaprio