Cuando hace unos días Brad Pitt llegó a la entrega de premios del Festival de Cine de Palm Springs cojeando y con un bastón en la mano (en la otra llevaba bien agarrada a Angeline Jolie), todo el mundo empezó a preguntarse qué le había ocurrido al actor. Él se limitó a decir que se encontraba bien y fue su mujer quien explicó que todo se debía a un pequeño percance esquiando juntos a sus hijos.
Este inconveniente podría haber hecho que Brad se quedara en casa reposando, pero en lugar de ello decidió acudir al evento no solo impecablemente vestido, sino también con un bastón que, además de ayudarle a caminar, se integraba perfectamente con el look escogido.
En concreto, el actor escogió un elegante traje de chaqueta negro, que combinó con corbata y zapatos del mismo color y camisa blanca. Una apuesta clásica, pero segura, que sirvió para dejar patente una vez más el estilo que se gasta.
En cuanto al bastón, también de color negro, lo lleva como si de un complemento más se tratase y lo cierto es que se ve bastante bien con él. No me extrañaría que los grandes diseñadores tomaran nota de esta aparición de Pitt y que pronto encontrásemos los bastones en pasarela. Cosas más extrañas se han visto, la verdad.
En definitiva, Brad Pitt ha sabido resolver con bastante éxito lo que a priori es un inconveniente e, incluso, un borrón para cualquier look elegante. Podría haber ido con una muleta de ortopedia o haber escogido un bastón más clásico, por ejemplo, en tonos marrones y empuñadura plateada, que son los más habituales. En lugar de ello, optó por uno sobrio y en el mismo color que el traje. De matrícula de honor.
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