
En verano, la operación de las orejas volvió a coger protagonismo con motivo de la operación del futbolista Dani Alves, pero es algo más común de lo que se piensa, puesto que no implica grandes complicaciones y pone fin a esas orejas grandes abiertas y otros imperfecciones.
Esta deformidad consiste en una alteración de las proporciones anatómicas de la oreja o del desarrollo armónico en la curvatura del pabellón auricular. Puede tener causas genéticas y ser transmitida de padres a hijos, pero hoy en día tiene una solución fácil y segura.
¿Qué es la otoplastía? Es la cirugía que moldea las orejas, corrige el tamaño excesivo de estas, del lóbulo e incluso la falta parcial o total del pabellón auricular.
La necesidad de una otoplastia puede ser diagnosticada de manera temporal en los primeros años de vida por los padres y por el pediatra, ya que se observa una proyección exagerada de las orejas hacia fuera de la cabeza.
El desarrollo definitivo de las orejas se sitúa entre los siete y los nueve años, momento ideal para realizar la cirugía, aunque quizás sea un momento ya tardío y las consecuencias y repercusiones sean mayores, por ello muchos cirujanos prefieren las edades más tempranas, pues a los tres años de edad las orejas ya tienen un desarrollo del 85%.
Este tipo de operación es muy sencilla bajo anestesia loca que consiste en realizar una incisión en la parte posterior de las orejas para conseguir la curvatura que les falta.
Estas intervenciones duran aproximadamente una hora después de las cuales los pacientes permanecen unas horas en observación y son enviados a sus domicilios.
Aunque esta cirugía suele hacerse entre los 7-9 años, son muchos los adultos que deciden pasar por quirófano a hacerse unos pequeños arreglos y olvidarse así de los complejos. Si es tú caso y está interesado busca una buena clínica que te ofrezca confianza, que el remedio no sea peor que la enfermedad.
En Mensencia | Dani Alves pasa por el quirófano y se opera las orejas