
Desde hace un buen tiempo, con la llegada del frío a Madrid, los quioscos y tiendas empezaron a vender un pequeño complemento para poner en la cabeza y cubrirse del frío: las orejeras.
En anteriores temporadas me imagino que esta práctica sería habitual con la entrada del invierno pero lo que me llama la atención esta vez es que las orejeras se ven en todas partes, cuando antes era muy poco usual ver a un hombre con ellas.
Son orejeras muy simples, que cubren a las orejas del frío mediante una capa acolchada para que no acabe incordiando el alambre interior. Por lo que ni te enteras al llevarlas.
También han solucionado los posibles problemas que pueden surgir. Entre ellos, evitar modelos muy llamativos. El color predominante es el negro. Modelos muy básicos, sin ningún adorno o que resulten estrambóticos. Por lo que los hombres sí lucen las orejeras evitando el pensar qué dirán como sí pasaba con modelos más peculiares.
La comodidad es uno de sus rasgos. Para quienes vamos con música a todos lados, los cascos del MP3 de turno podían incordiar con la orejera puesta. Ese problema ya es historia.
No estropean el peinado que llevemos, puesto que van por detrás de la nuca y no incordian en la parte superior de la cabeza.
Las orejeras son de un tamaño minúsculo que nos permite guardarlas en cualquier parte, incluso en los bolsillos de un abrigo o mejor aún, en la bandolera o bolso que llevemos. Por lo que no nos estorbarán en la mano.
Y lo más importante de todo: nos dan mucho calor y evitan que se nos hielen las orejas, una sensación muy incómoda.
¿Alguno de vosotros las lleva?