Cómo ponerse un collar y no parecer un perro

Cómo ponerse un collar y no parecer un perro
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Ser chico y elegir los complementos adecuados puede ser un suplicio. No se pasa del cinturón, una pulsera de cuero, y hala, tirando a la calle. Y no está mal, ojo, solo que a veces a uno le gustaría experimentar, arriesgarse, y no siempre se sabe cómo.

Últimamente las grandes casas de bisutería han apostado por el mercado masculino pero, sobre todo, y eso es algo que me ha llamado muchísimo la atención, ciertas marcas tradicionalmente asociadas a otros sectores como el de la relojería, se han soltado la melena y se han introducido en todo el tema joyería-complementos. Y no, no sólo tengo en mente Viceroy, que hasta hace dos tardes yo asociaba Montblanc con las plumas estilográficas.

Sin embargo… Cuanto más miro las colecciones de estos grandes grupos más me pregunto cómo conjugar semejante cosa con el vestuario de un hombre normal. Después de días de estudio (tampoco hay que abrirse la cabeza), he llegado a la conclusión de que no lo es.

viceroy colgante cuadrado

Antes de que alguien empiece a llamarme de todo otra vez, dejad que me explique. Es imposible ponerse uno de esos colgantes para ir a trabajar. Son demasiado llamativos, y aunque es cierto que las piezas están diseñadas pensando en el hombre (líneas rectas y colores metalizados), se corre el riesgo de parecer el latin lover de la oficina. Más aún cuando este tipo de collares traen a la mente a un Bisbal descamisado.

¿Significa esto que haya que renunciar a los collares? Ni mucho menos. Simplemente hay que saber elegir la ocasión. Para salir de fiesta, a mí el estilo Depp me encanta. Mucho, mucho, mucho. Una camisa ahippiada, un chaleco de los que están tan de moda esta temporada, y no uno, sino hasta tres collares superpuestos. Es que dos queda pobre.

Ya, ya, lo sé, parece una locura. En realidad es una moda que va a depender del estilo que cada uno elija llevar en un momento determinado.

Otra alternativa es, sin duda, la más convencional, tanto que algunos verán bien llevarla al trabajo. No hay más que acortar la correa de cuero del colgante hasta dejarlo de ras de cuello, y listo. Así se evita el efecto pecho-lobo-latin-lover-viva-Bisbal y, al mismo tiempo, se rompe con todo. El problema es que sólo es válido cuando la correa es de cuero, si es de metal, yo recomendaría superponerlos.

Imagen | Viceroy

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