La braga. Esa prenda tan internacional como cañí. A quién no se le ha escapado una carcajada de pequeño al escuchar aquello de que su padre llevaba braga en la mili. Pero ya no hay mili. Ya no hay excusa para llevarla.
Sí. Lo he visto. Chicos jóvenes, en su mayor parte estudiantes, que rescatan este trasto del baúl de los recuerdos y se lo plantan al cuello como si tal cosa. O peor aún: pagan por ello. En algunos sitios empieza a ser una moda. Y es algo que los mensencios no podemos permitir.
Si no eres un miembro de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado, abstente de llevar braga.
La braga es una prenda amorfa. Sí, puedes hacer con ella lo que quieras. Que si ahora para el pelo, que si ahora un gorrito, como si te quieres hacer un abrigo tres cuartos con ella. Pero no. Tengo una norma no escrita que dice que para cuánta más cosas vale un trasto, más trasto es. Especialmente en moda.
Si un trozo de tela ha sido cortado para ser un cuerpo palabra de honor, no te empeñes en llevarlo como minifalda. Sencillamente va en contra de la naturaleza del trozo de tela. Lo mismo en hombres pasa con la braga.
Vale que quite del frío. Vale que sea práctica en algunas ocasiones. Cuando se va en moto, una braga es, por pura seguridad, mejor opción que una bufanda. Pero, si no tienes una moto de gran cilindrada, de nuevo te has vuelto a quedar sin excusas.
En Mango hemos podido ver este... Trozo de lana, porque no tiene otro nombre, que le han puesto al modelo estirado y cruzándole el pecho, descansando en el hombro. Ajá. ¿Utilidad? Ninguna, porque tiene pinta de ser bastante incómodo para el día a día. ¿Es una braga? ¿No lo es? ¡Lo peor es la incertidumbre! Yo diría que es su digievolución, pero en cualquier caso sigue siendo un trasto.
A los calentadores en los pies no hago ni mención. Voy a hacer como si no los hubiera visto, directamente.
No deja de ser curioso, porque precisamente es de Mango la foto que he elegido para la portada. Bufanda sexy la he titulado. Aunque claro, las bufandas no son propiedad exclusiva de la casa, obviamente. Pero observad lo bien que puede quedar una bonita bufanda, bien colocada al cuello. Es una maravilla.
Además, una bufanda bien puesta aporta cierto toque de sofisticación, leve o agudo dependiendo de la bufanda y de cómo la haya combinado el sujeto en cuestión, como nos enseñó Dani hace poco. Pero una braga... ¿Qué aporta una braga aparte de calor?
En un país donde es popular el dicho 'ande yo caliente, ríase la gente' sé que será difícil hacer llegar mi mensaje. Sin embargo, lejos quedan ya los tiempos de la hambruna y de ponerse lo primero que había que daba calor al cuerpo. Si tienes frío, ponte una bufanda. Mis ojos te lo agradecerán.
Di no a la braga. For men. The Braga.
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