Tomar el té en Londres sin que te echen del salón

Tomar el té en Londres sin que te echen del salón
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La capital británica es una de las ciudades más visitadas y especialmente por nosotros, los europeos, que tenemos tarifas baratísimas y vamos a Londres tanto por placer como por trabajo. Los británicos son muy british y sus normas de educación son estrictas y no les gusta nada que las quebrantemos.

Ellos no tienen la buena costumbre española de echarse una siestecita (aunque apuesto lo que queráis que dando una vuelta por Hyde Park encontramos a más de uno haciendo una cabezadita: eso sí, muy erguido en el banco público).

Pero tienen la hora del té, más que una costumbre es el ritual nacional y, la verdad por delante, es un break a media tarde que sienta muy bien. Para que no se nos enfaden si no lo hacemos bien, os traigo algunos consejos de cómo tomar el té como ellos.

No vamos a hablar de cómo elaborarlo correctamente porque lo vamos a pedir en uno de esos emblemáticos y encantadores sitios que sirven el té a la hora crítica y que están repletos de pastas de té y galletas con mermelada. Si no habéis probado nunca esa combinación, os perdéis algo muy bueno. El croissant, con café con leche; las pastas, con té.

La hora del té

La cuestión es que no se echa la bolsita en la taza, nunca. Siempre hay que dejar infusionar las hierbas o la bolsita dentro de la tetera, sea grande o pequeña. Y luego ya la vertirás en la taza. Claro que entonces no puedes lucirte estrujándola con la cucharilla pero eso lo puedes hacer en un bar nacional, que queda muy bien.

El segundo detalle que tendremos en cuenta es lo que hablamos en este post sobre no chupar la cucharilla ni beber de la taza con ella dentro. Para unos es muy obvio, para otros el descubrimiento del siglo.

Como tercera y última norma de etiqueta, te aviso que si se te ocurre mojar cualquier pasta o galleta dentro del líquido en la taza, eres hombre muerto. Es algo que para ellos es una grandísima falta de educación, motivo de miradas asesinas reprobatorias. Imaginaos porqué no puede tener éxito una churrería londinense: no podrían mojar los churros en el chocolate. Una pena.

Vía | Embelezzia
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