
Se ha convertido en la película española más taquillera de la historia, sus protagonistas han sacado más de una carcajada a los casi siete millones de personas que la han visto recaudando así más de 43 millones de euros.
Ocho apellidos vascos ya ha hecho historia y nosotros hoy aquí vamos a analizar los dos mundos y estilos que se recrean en la película. ¿Están demasiado estereotipados? ¿Son personajes que nos encontramos en nuestro día a día y que podemos reconocer por sus estilismos?
La conquista del cine español
Hace unos días leía un artículo en el diario El País titulado Ocho apellidos andaluces. Del texto de Concha Caballero subyace cómo las etiquetas de los andaluces han dado rienda suelta a la comedia, clave fundamental de este éxito.
Ocho apellidos vascos se ha colado en el top ten mundial y ya cuentan que Hollywood se ha interesado por la trama ¿Cómo va a ganar una película española 43 millones de euros y por qué ha eclipsado a las nuestras? dirán. No me imagino el remake.
Quizás haya sido la promoción, por la fuerza que tiene el grupo Mediaset, quizás se trate del boca a boca o porque es una película para toda la familia, quizás se deba a esa frase trillada en la crisis que argumenta que "los españoles necesitan reírse". Sea lo que sea, la película ha llegado a todos los rincones, y por qué no, también a la moda.
Ocho apellidos de la moda
En la película vemos dos estilos de vida, y de vestir, totalmente diferentes. Más allá de las connotaciones culturales y sociales, que creo que han sabido superar con elegancia, hoy analizamos este "enfrentamiento" en los personajes.
Lala Huete, figurinista, ha sabido plasmar a la perfección ambos mundos. La conocemos por su trabajo en películas como "El laberinto del fauno", llegando a ganar un premio BAFTA por el vestuario de la película. En esta ocasión puede resultar, a priori, más fácil trabajar porque son estilismos a los que todos llamamos "normales" frente a otras producciones de época o ambientadas en mundos de fantasía. Nada más lejos de la realidad, lo peligroso aquí es caer en el disfráz.
La moda ha sido también motivo de polémica. El diseñador Lorenzo Caprile cedía uno de sus diseños para la boda ficticia siendo criticado por parte de la prensa vasca por no ajustarse a la realidad.
Yendo a los personajes masculinos, Dani Rovira interpreta a Rafa. Su personaje, un sevillano repeinado, no ha tenido que salir de su ciudad para tener en sus tres básicos imprescindibles, el fino, la gomina y las mujeres. Es el estereotipo de señorito andaluz.
En cuanto a su estilo, no faltan los polos en multitud de colores (tonos pasteles para acercarse a las tendencias), los básicos pantalones chinos, también a la última moda en cuanto a tonos y los jerseys que se colocan sobre el hombro caracterizando aún más la situación del personaje.
Pero Rafa viaja en busca del amor que ha conocido en su querida Feria de Abril y se acerca a ella dejando atrás todos los cimientos que le han acompañado a lo largo de su vida. El cambio de Rafa lo vemos a través de los estilismos. Deja atrás la gomina, y se pasa a un grooming más desenfadado.
Si antes sobre el cuello no recaía otra cosa que no fuese su jersey ahora se adentra al mundo de los complementos. Pañuelos, pulseras, riñoneras, pendiente y collares... Una evolución, por amor, que hace que la película tenga dos estilos completamente enfrentados. Lo cultural reflejado en la moda.
Ahora entran elementos como los estampados, sin salir de las rayas y los cuadros, vemos en juego el denim y los tejidos deportivos... Sin duda, a través de la moda, se ha puesto a debate una situación social muy específica de dos arquetipos totalmente diferentes.
¿Cómo terminará la historia? ¡No nos queda más que ir al cine para descubrirlo! En Trendencias Hombre | ¿A la playa con chaqueta? Estas son las nuevas imágenes de Gucci