Hace unas semanas un lector nos pedía que habláramos de patillas y de cómo cuidarlas, y en Mensencia tratamos de resolveros todas vuestras dudas y preguntas. Así que os ofrecemos unos cuidados básicos para tener unas patillas perfectas y que nos permitan lucirlas adecuadamente.
Patillas hay de mil formas, como hemos visto en Patillas con historia. Así que lo primero que debemos hacer es elegir qué patillas nos quedan mejor a nuestra cara y estilo. Podemos hacer una selección en cuatro tipos.
- Por encima de la oreja
- A la mitad de la oreja
- Por debajo de la oreja
- Por la mandíbula
Sin embargo, creo firmemente en la sencillez y en el menos es más en cuestiones de estilo, por lo que escogería unas patillas no excesivamente gruesas y que no den el cante (no como nuestro amigo lobezno). Porque amigos, expresar nuestro estilo es un lujazo pero en algunas ocasiones también debemos camuflarlo en determinados trabajos o situaciones. Sí, lo sé, es un rollo pero el mundo laboral es así (en los próximos días hablaremos de qué hacer si tienes que trabajar de uniforme)
Volviendo al tema inicial, si tenéis patillas, vuestra palabra favorita debe ser simetría. Las dos patillas deben ser exactamente iguales. Nunca nos servirá el casi iguales o parecidas. Si no nos vemos capaces de cortarlas simétricamente, debemos recurrir a los peluqueros.
También hay que tener cuidado a la hora de afeitarse. No será la primera vez que en un descuido nos cargamos las patillas. Así que si desgraciamos una patilla, nos tenemos que afeitar la otra o bien, recortar ambas con mucho cuidado.
Y amigos, una obviedad, pero si no os quedan bien las patillas ¡eliminadlas! Si queréis darle un toque retro o diferente a vuestro look y no son vuestro mejor amigo, buscad alternativas como complementos o ropa para conseguir el estilo. Tenemos que saber sacarnos partido nosotros mismos.
Foto | Robert S. Donovan (booleansplit) En Mensencia | Patillas por la cara, un poco de historia En Mensencia | Las patillas y Curro Jiménez
