Las 10 reglas de oro para un estilo Casual

Las 10 reglas de oro para un estilo Casual
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Hablar del estilo casual es hablar de el que quizás sea el estilo que más de un 70% del público masculino acostumbra a seguir. ¿Por qué? pues porque de todos ellos es el más cómodo. No hay que quebrarse mucho la cabeza para salir arreglado a la calle, podemos ir desde informales hasta elegantes y, si nos lo proponemos, no vamos a gastarnos muchas pelas en conseguir un estilo cotidiano. Es así: más alto pero no más claro.

Pero cuidado, una cosa es ir casual y otra muy distinta elegir el estilo casual como nuestro particular saco en el que todo cabe. Que porque sea cotidiano no significa que salir a la calle con chándal, o ir a una entrevista de trabajo en deportivas se justifique con un: Disculpe pero yo es que visto de manera casual. Porque aparte de pedantes, nos pueden llamar tontos.

Así que aquí van las 10 reglas de oro para no pasar la barrera de lo casual y entrar en la de lo vulgar y lo ordinario.

    1. Como ya os he dicho, hay ciertas prendas que están prohibidas: el chándal, por ejemplo, está para hacer deporte, andar por casa en la intimidad de nuestras 4 paredes y como mucho irse a tomar un refresco después de ir al gimnasio pero ¿qué es eso de quedar con los amigos en plan bakala chungo? Guardemos un poco las composturas por dios, que para cada ocasión tenemos un modelo…que no se diga.
    1. La regla de oro de lo casual es un estilo variado, ecléctico y dispar que no ha de traducirse en monótono, hortera y barato. Por gracia o por desgracia, hasta ir corriente nos puede salir por un ojo de la cara. Por supuesto que podemos comprarnos jerseys en Lefties por 20 euros o vaqueros en Zara por 35 pero siempre hay que saber hacer un balance justo entre el precio y la calidad. Que no nos timen ni nos tomen por zarrapastrosos.
    1. Me hace gracia los que presumen del estilo Vintage. Un 60% de las veces es la excusa perfecta para evitar una sonora carcajada al vernos con las botas de la mili o aquella chaqueta que teníamos en el armario desde que el mundo era mundo. Se puede ir con un estilo retro y se puede ser retro. A día de hoy, en mercadillos como el rastro podemos encontrar ropa de antaño, en buen estado (hay que buscar, y mucho) y a un precio razonable, pero no nos pongamos lo primero que pillemos y mezclemos porque la cuestión es ir curiosos, no que nos echen dinero por la calle cuando nos vean.
    1. En la variedad está la clave. Eso quiere decir que los colores y las formas tienen su cabida en el armario. Ni el rosa es un color de mujeres ni el negro solo sirve para las ocasiones formales. Hay que atreverse con todo y todos que para están los colores. Y digo lo mismo con los materiales. No os pido que compréis en seda ni en chal, pero la pana, los jeans y el algodón no sabéis lo variados que pueden llegar a ser.
    1. Sabed que salimos a la calle y como tal vamos a ser objeto visual de muchas personas. Una cosa es tenerlos bien puestos e importarnos poco lo que piensa el resto y otra muy distintas salir con camisetas tipo: “Si lees esto es que quiero un polvo” o “Ayer me lie con tu madre” lo gracioso a veces puede volverse grosería y no tenemos porque faltar al respeto de nadie con nuestras decisiones.
    1. Sneaker no es lo mismo que deportiva. Son cosas muy distintas. Mientras que hay sneaker que son tres mil veces más elegantes que un zapato y que perfectamente pueden servir para salir incluso en situaciones de etiqueta, las deportivas, por norma general, están para lo que están. En mi caso solo salvo las Reebok blancas impolutas de tenistas y algunas que otras Asics o pumas discretitas pero las cámaras de aire las dejamos para la cancha de baloncesto.
    1. Y hablando de zapatillas, rompamos el mito de que las zapatillas Converse están hechas para el hombre moderno y urbanita. Variemos un poco, hombre, que existen mas marcas además de Converse: Vans, Lacoste, Fred Perry, Etnies, Bape o Geox son marcas que podemos encontrar en todos lados y puede suministrarnos variedad en cuanto a calzado.
    1. Las camisas no son solo para los elegantes. Hay que darles una, dos y hasta tres oportunidades si todavía no nos hemos hecho a ellas. Todo depende de con que la combinemos. Pantalones vaqueros, camisa panadera de lino o algodón y unas Fred Perry puede ser una apuesta muy interesante para un look de calle. Sin perder informalidad, vamos hechos unos auténticos pinceles y siempre podremos decir: ¿Guapo? Pues me he puesto lo primero que he pillado por ahí...
    1. Los complemento siguen una regla parecida: fulares, bufandas, guantes… todo tiene cabida siempre y cuando no se pierda ese estilo caótico que nos caracteriza. Las corbatas con camisas y vaqueros pueden ser una buena opción y, nada más lejos de la realidad, una corbata nunca se vio en una discoteca. Démosle la oportunidad, ¿no?
    1. Se trata de ser uno mismo y tener un estilo personal. Por muy categórico que resulte, nuestro estilo casual será aquel con el que nosotros nos sintamos a gusto. De nada sirve vestirnos según nos dice la Esquire si después no sabemos llevar camisa, nos molesta un fular en nuestro cuello o el amarillo pensáis que es un color demasiado cantoso. Mirando se aprende y podemos ir cogiendo ideas pero la finalidad es crear y perfilar un estilo que nos defina. Id probando, experimentad y salid a la calle: ese, sin duda, es nuestro mejor probador.

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