Tras los cuidados cosméticos específicos que recomendé para los trabajadores de la construcción y para los administrativos, hoy vamos a hablar de las rutinas cosméticas para camareros, otro gran colectivo de hombres con necesidades concretas de belleza.
El oficio de camarero tiene el plus de ser un trabajo de cara al público. En realidad, dos pluses: además es el encargado de llevarte los alimentos y bebida que has pedido. Eso implica que debe ser más estricto y riguroso en su higiene: facial, bucal y corporal.
Qué os voy a explicar de lo desagradable que puede resultar que te atienda un camarero con halitosis, con la nariz brillante de exceso de sebo o con unas uñas negras de suciedad. Disculpad los escrupulosos por semejante descripción pero es la cruda realidad.
Rutinas cosméticas faciales
Vamos por partes: cualquier persona con una ocupación de cara al público tiene la obligación moral de ir pulido, léase limpio y peinado. Si además cuidas tu imagen, la piel del rostro debe estar perfecta: sin puntos negros, sin zona T brillante y sin granos que no hayan sido camuflados por un corrector.
En casa, es importante la limpieza facial no sólo por tu apariencia sino por eliminar todas las impurezas que la piel va acumulando del local donde trabajas. Humos de la cocina o el bar, humo del tabaco si es un local para fumadores, el sudor de las carreras que te das de la barra a las mesas, etc.
Por todo ello te aconsejo que te limpies la piel por la mañana y por la noche: se oxigenará mejor. El exfoliante y la mascarilla purificante serán tus aliados un par de veces al mes para controlar el exceso de sebo. Y eres de los mejores candidatos para utilizar papeles secantes de arroz o el matador de grasa y brillos de Collistar del que te hablé.
Cuidados corporales a raya
¿Cómo es posible que estemos en el siglo XXI y todavía haya gente que no ha descubierto que huele mal y que hay que utilizar un desodorante?. No lo entiendo, de verdad. Y es que hay muchos casos desagradables de gente que huele a sudor que echa para atrás.
Elige el que más te apetezca, el más eficaz que encuentres pero por favor: usa desodorante. En Mensencia hemos hablado y probado muchos desodorantes: en crema, en roll-on, en spray, incluso la piedra natural. Obligatorio.
El segundo punto importante en cuanto a cuidado de belleza son las manos. Para los camareros, cocineros, barmans y demás puestos de trabajo similares, la manicura debe estar impecable. No sólo llevar las uñas limpísimas y cortas sino mostrar unas cutículas perfectas. Es un detalle que salta a la vista mucho más de lo que os imagináis.
En la mesilla de noche o cerca del mando de la tele en casa, tened cerca la crema de manos para utilizarla cada día. El agua del grifo cuando os laváis las manos cien veces al día y el contacto constante de la bayeta os estropean la piel de las manos de una manera increíble. La piel está seca y tirante, una sensación muy desagradable.
Cuidado con la halitosis
No siempre somos conscientes de nuestro mal aliento o halitosis. Mosky os contó algunos trucos para el mal aliento que os pueden venir muy bien. Cuando vais de bólido y no tenéis cinco minutos para ir a cepillaros los dientes, mascad chicle sin azúcar y así matáis dos pájaros de un tiro: controláis momentáneamente el mal aliento y hacéis ejercicio reafirmante con la mandíbula.
No puedo evitar decir que no debéis mascar el chicle (y mucho menos a todo trapo y con la boca abierta) mientras atendéis las mesas. Feo, muy feo.
Un último punto por el que me han pateado en más de una ocasión pero sigo en mis trece: no veo con buenos ojos los piergings para este trabajo. Ni en la ceja, ni en la barbilla, ni en ninguna zona visible. Que no, que no me gusta y así se lo digo cada día al camarero del restaurante justo al lado de mi trabajo. Y me castiga enseñándome el tercer piercing que lleva en la lengua.
Foto | pixeleando, Andrew Stawarz , 2-Dog-Farm
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