Steve McQueen, un icono convertido en leyenda

Steve McQueen, un icono convertido en leyenda
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Estilo, mito y leyenda son algunos de los términos que podrían definir perfectamente a nuestro personaje de la semana, Steve McQueen, un hombre que no sólo fué un gran actor si no que también se convirtió en un auténtico icono de leyenda, un estilo insuperable que marcó una época.

Este actor rebelde marcó doblemente el mundo del cine; por un lado será recordado por su papel en muchas películas, algunas geniales, y casi imborrables como La Gran Evasión o Bullit y por otro lado como uno de los hombres que llevó la pasión automovilística a Hollywood.

Esta pasión fué la que le hizo protagonista de muchos anuncios de coches, todavía recuerdo el spot del Ford Puma, donde gracias a los montajes informáticos del momento lo vimos conduciendo por las calles de San Francisco, tal y como hizo con aquel Mustang del 67 en la mítica Bullit.

Fuera de los estudios de Hollywod, el estilo de McQueen estaba lejos de ser sofisticado, más bien lo contario, el actor buscaba siempre looks tranquilos, cómodos y muy casual. Era un amante de las camisas tejaneras, tan de moda esta temporada, eso sí, nunca se separaba de sus Persol 714 con las que años más tarde llegaría a protagonizar alguna campaña de publicidad.

También era un amante de las míticas cazadoras Harrington, una chaqueta de origen británico, clásica y atemporal, que hoy en día sigue teniendo su público. A él le gustaba llevarla con camisas y jerseys de cuello pico y siempre recurría a tonos claros como esta de la foto, en color beige.

Una de las prendas de punto que más puso de moda y que fué un auténtico must have del invierno pasado fueron los cárdigans de cuello batín. De hecho, Zara sacó la pasada temporada uno exactamente igual al de la foto inferior, también en canalé.

Steve McQueen era otro apasionado de los jerseys de cuello cisne, tan de moda en los años 70 y que con el paso del tiempo se convirtieron en una prenda imprescindible en el armario masculino. Steve los solía combinar con americanas de lana. Su color fetiche en estos jerseys de cuello vuelto era el azul marino.

Su look invernal lo completaba con impecables gabardinas, tipo trench como la que vemos en una de mis fotos favoritas. Esta era una de las prendas exteriores preferidas por el actor estadounidense. Imprescindible por otro lado en el armario de cualquier dandy.

Para el verano, Steve McQueen optaba por tonos neutros, blancos, crudos y grises, incluso recurría muchas veces a camisetas básicas de manga corta y a pantalones chinos. Todo, para completar un look casual, sencillo y muy masculino.

Siempre recordaremos también ese look vaquero de algunos de sus Western, cazadora, pantalón y gorro de cowboy, todo muy made in Texas.

Otras de las cosas que me llamaron la atención del actor de Indianápolis es que nunca llevó bigote, ni perilla ni barba. Su pelo rubio, siempre natural y a veces algo despeinado era una de sus señas de identidad.

Así era Steve McQueen, un auténtico icono de estilo convertido en leyenda. Creo que si todavía siguiese vivo seguiría conservando ese aspecto de chico rebelde que le caracterizo siempre.
Me gustaría que este post no sólo pasase a formar parte de nuestro “personaje con estilo” semanal de Mensencia, si no que también se convierta en un pequeño homenaje a uno de mis actores favoritos.

Foto | William Claxton
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