Hablemos del día después: el Paseo de la vergüenza, ¿qué tiene de vergonzoso?

Hablemos del día después: el Paseo de la vergüenza, ¿qué tiene de vergonzoso?
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Quizás vivas en un universo paralelo o seas un cura (con estilazo) y no tengas muy claro qué es el famoso "Paseo de la vergüenza", no te preocupes: el paseo de la vergüenza es el trayecto que realizas desde la casa de la persona con la que te has acostado esa noche (una persona desconocida) hasta tu casa, generalmente, con las pintas del día anterior pero obviamente en peores condiciones y con una resaca que hace que cada coche y cada rayo de sol sean para ti peor que la tortura de la gota. Despeinada, maquillaje corrido, vestido de noche y tacones. Con suerte tus medias de Primark no se habrán roto durante la noche y no parecerás una consumidora de crack. Pero eso con muchísima suerte. En el caso de los tíos, aparte de lo ya mencionado, pelos de loco, camisa con mil pliegues y olor a refinería.

Jamás entendí por qué se le llamaba a esto "Paseo de la vergüenza" en lugar de "Paseo del triunfo" y sobre todo, por qué este paseo solía referirse más a mujeres que a hombres (¿será porque un hombre jamás se avergüenza de haber triunfado?). Una empresa norteamericana ha venido a "solucionarnos la vida" creando un kit llamado "Walk of Shame" para mujeres que está siendo todo un furor entre las bloggers (para mal). Y con la excusa, vamos a hablar de este paseo que la sociedad ha decidido convertir en tragedia cuando en realidad es todo lo contrario.

El kit ¿milagroso?

Walk_Of_Shame_Kit.jpg

Básicamente lo que contiene este kit por el módico precio de 35 dólares (¿QUÉ?) es un vestido de algodón para el día siguiente, unas zapatillas cómodas, una especie de macuto para meter toda la ropa del día anterior, unas gafas de sol, unas toallitas húmedas, cepillo de dientes, una nota para dejar tu teléfono (o no dejarlo) y una pulserita para luchar contra el cáncer de mama, ya que un porcentaje de los beneficios va para una organización de lucha contra la enfermedad.

Dejemos a un lado los buenos actos de esta empresa y pensemos en la tontería tan gorda que nos proponen: básicamente es un kit para estar preparada si esa noche acabas en casa de un tío, pero es igual de absurdo llevar este kit que llevar todas las noches una mochila con ropa para el día siguiente, pijama y secador de pelo (ya de paso). Es decir, que el "Paseo de la vergüenza" se da precisamente porque se trata de sexo sin premeditación. Algo que surge una noche, porque sí, nada calculado. De saber que va a suceder, las mujeres podríamos preparar nuestro propio kit y ahorrarnos 35 dólares, ¿no?

Dejémonos de tonterías: paseo del triunfo

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Pero vamos a ver, ¿es que vivimos en 1950? ¿Tan raro es tener una noche loca? ¿Tan vergonzoso es salir de una casa ajena a las diez o las doce de la mañana? No me gusta recurrir en demasía al refranero español pero, si lo has hecho, que te quiten lo "bailao". Dentro de lo terrible de las resacas, creo que lo peor no es volver a casa después de una noche fuera.

El término "Paseo de la vergüenza" es una traducción del anglosajón "Walk of shame", algo que tuvimos que adaptar a España años más tarde. Supongo que las miradas inquisidoras por la calle y en el metro hicieron que no se optase por llamarlo "paseo triunfal" pero como decía Alaska: ¿a quién le importa lo que yo haga?

La batalla de los sexos

Entramos de nuevo en un debate que, desgraciadamente, nunca pasa de moda: el que un hombre pase una noche fuera es algo "dentro de lo normal" y se le considera "un triunfador", el que lo haga una mujer, a ojos de la sociedad, es ya otra cosa. De ahí que ese maravilloso kit sólo haya sido creado para mujeres: porque debemos camuflarnos y demostrar que estamos saliendo de una casa normal, una mañana normal y que no hemos pasado la noche con un desconocido, un conocido o un amigo desde la más tierna infancia.

Por eso me resulta un tanto insultante ese kit, a riesgo de que me llaméis feminazi: no es vergonzoso acostarse con alguien una noche, no es vergonzoso pasar la noche fuera y sobre todo, tampoco es vergonzoso volver a tu casa para ducharte y pasar la resaca en el sofá comiendo pizza.

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