La pregunta del millón: ¿Cuál es la diferencia entre un blazer y un blasier?

La pregunta del millón: ¿Cuál es la diferencia entre un blazer y un blasier?
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Sin duda alguna creo que esta es una pregunta que más de uno os habréis hecho leyendo Mensencia u otras revistas de moda (de hecho, la habéis formulado en la sección Respuestas de Mensencia) Hasta hace unos años, el termino blasier parece que se usaba más dentro del sector femenino dejando el blazer para el masculino. Pero de aquí a unos años atrás hemos visto como ambas prendas coincidían en lookbooks y colecciones y a simple vista no éramos capaces de hacer una apreciación personal sobre lo que considerábamos un blazer y sobre lo que considerábamos un blasier.

Pues bien, creo que va siendo hora de que desentrañemos el misterio sobre estas dos prendas.

Blazer

Siendo decepcionaros pero realmente la diferencia entre blazer y blasier cuando acabéis de leer este post va a seguir siendo más o menos la misma, pues son dos términos que difieren todo lo que nosotros queramos y se asemejan en la misma medida. Con esto quiero decir que lo que para unos resulta un blazer, otro lo consideran un blasier y al revés. Creo que lo mejor para entender estas dos prendas es preguntarnos de dónde han salido.

El blazer en un origen fue una chaqueta deportiva usada en los clubs náuticos, para remar. Por ello, en un principio estaba confeccionada con materiales resistentes y de larga duración así como desprovista de botonaduras llamativas, bolsillos de plastrán u otros elementos que se alejasen del fin para el que estaba destinado la prenda. Algunos se aventuran a ir más allá y afirmar que este tipo de prendas se empezaron a usar en la marina aunque al igual que en el caso anterior, desprovisto de los cuellos solapa, botones, hombreras y demás accesorios que ahora pueden encontrarse.

blasier

Con el paso del tiempo, esta chaqueta comenzó a definirse y perfilarse para acabar convirtiéndose en una elemento opcional para aquellos que, sin querer usar traje, querían aportar un toque elegante a su look; es decir, se trataba de una chaqueta de cortes más informales, apta para llevar con pantalones que no necesariamente formaran un único conjunto con el resto de las prendas. Las botonaduras, los accesorios, bolsillo de plastrán y los bolsillos relojeros… son añadidos que poco a poco fueron definiendo la prenda y fortaleciendo su personalidad.

Pues bien, si hubiera que hacer una distinción entre el blazer y el blasier podría hacerse en base a dos motivos: por un lado, etimológicamente hablando muchos opinan que las dos palabras son lo mismo, siendo blazer una traducción más hecha de blasier, de origen francés, en la que con el paso del tiempo el fonema ‘si’ pasó a sustituirse por el ‘z’. Aun así yo sigo pensando que la diferencia entre estas dos prendas a día de hoy es más acentuada que una cuestión etimológica y que si bien en un principio éste pudo ser su origen, a día de hoy se están consolidando como dos piezas diferentes.

Blasier

La prueba está en que la mayor parte de las veces, el blazer sobrevive solo mientras que blasier viene acompañado de la palabra chaqueta. El otro motivo, al menos como yo lo empleo la mayor parte de las veces, es el concebir un blazer como una prenda de cortes más informales, en las que existe la posibilidad de incluir elementos accesorios más llamativos como botonaduras doradas, hombreras, cremalleras, cadenas o tachuelas, mientras que un blasier es la esencia pura de blazer (como en un principio lo fue el término)

Por ende, un blazer podrá ir acompañado de bermudas, de vaqueros, de pantalones y con una oferta de calzado mucho más amplia de lo que podrá hacerlo un blasier, que está más coaccionado por colores semejante al suyo, pantalones de tiros rectos y calzado adecuado para la ocasión, contando además con que el blasier posee por lo general unos cortes más suaves y sobrios que los que podemos encontrar en un blazer.

Blasier

Por último, y otro elemento muy a tener en cuenta, es que en el momento en el que los blazer dieron el salto al mundo femenino fue cuando tuvieron que adaptar esta prenda al armario de las mujeres, suavizando los cortes y modificando la estructura a pesar de ser una prenda clave para los estilos boyfriend y masculinos. Ahí es cuando empezó a usarse el término blasier para diferenciarlo del blazer masculino, aunque de nuevo, una vez que el blasier estuvo definido en los parámetros femeninos, pegó el salto al mundo masculino para feminizar la figura varonil.

Conclusión: a día de hoy, la diferencia más clara entre un blazer y un blasier radica en los cortes y la estructura de la prenda y, puesto que podremos encontrar blazers de cortes informales y blazers de cortes más sofisticados, lo más adecuado sería englobar ambos de términos en uno solo y distinguirlos por sus cortes y su carácter, no por blazer o blasier.

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